viernes, 5 de septiembre de 2008

UN CASTILLO, UN AMOR

El castillo de esa princesa era inaccesible, era tan bella que nadie atrevíase acercar, me acuerdo un día que mi hermano me llevó a la fiesta de la condesa, estaba la princesa, su mirada penetrante cayó sobre mí, trataba de esquivarla, pero era inútil, no hablé con ella, nadie habló con ella, era inmuta b le, despiadada, crudelísima, hermosa, no sé qué más, pero era infinitamente bella, pasaron cuatro horas y no pude acercarme a aquella princesa, tan linda ella,tan solitaria y aquella mirada que me pesaba cada ves más, no aguanté y le dije a mi hermano que nos vayamos a casa, una semana después se celebraba el cumpleaños del duque, iba a realizar una gran fiesta, fuimos mi hermano y yo, la princesa, de nuevo allí, ahora bailando sola, nadie atrevíase a acompañarla, toda la noche de nuevo su mirada clavada en mi ebrio ser, me sentía inútil, no sabía por qué, ni siquiera estaba enamorado de ella, pero igual, cada ves me sentía más impotente, no sé si era mi imaginación o la casualidad que cada ves que la miraba ella estaba haciéndolo conmigo, luego, a la semana siguiente, fui con la misma persona a la reunión real, de nuevo ella allí, bella, fue allí cuando empecé a enamorarme de ella, de la princesa del castillo inaccesible, luego de catorce días, el gran cumpleaños de la hija del monarca del reino vecino se celebraba, estaba la princesa, más bella y radiante que nunca, bailaba ella sola, bailaba solo yo, bailábamos luego juntos los dos, salimos, hablaba ella mientras callaba yo y escuchaba su dulce voz, aquella voz que hace vivir y hace morir a la ves, me di cuenta luego y reaccioné "¡La princesa está hablando conmigo!" pensé, me enamoré en un instante de ella, de la princesa del castillo inaccesible, me di cuenta muy tarde que aquel castillo era su amor.